Tuesday, December 12, 2006

PALINDROMIA

Había una vez dos mundos cercanos hasta la tangencia, pero ignorantes el uno del otro: estaban situados a ambos lados de un planeta plano; como escritos en el anverso y el reverso de un papel; como un espejo puesto en la tierra, la cara pulida al cielo. Y eran idénticos, y todas las cosas tenían su igual en el otro mundo, y lo que ocurría allá ocurría también acá.

Y he aquí que en un mundo un día una madre mandó a su hija a buscar agua al pozo, y en el otro, otra madre mandó a otra hija a buscar agua al pozo -que era sólo el otro extremo del mismo pozo, sólo el reflejo, un túnel-. Y he aquí que en un mundo una niña llegó al pozo y se miró en el agua, y cuando vio allá abajo a una niña asomarse la creyó su imagen, y no supo que no era ella misma, sino la otra niña asomada desde su propio borde, queriendo verse en el agua fría y profunda. Y mientras se miraban, quisieron tocarse -porque a cada una su reflejo le parecía hermoso y vivo-, y tratando de alcanzar la punta de sus dedos, ambas cayeron, y atravesaron el muro tenue que separaba los mundos.

Y de cada pozo, una niña fue sacada por una lavandera que la llevó a una casa que creía suya, a una madre que creía su madre.

Pero no.

Cada una devolvió a su mundo una niña que correspondía al otro. Sin embargo, las lavanderas nunca se dieron cuenta.

Las madres nunca se dieron cuenta.

Las niñas –que sueñan lo ajeno- entran a veces en habitaciones equivocadas.

Planetoide Doble, M.C. Escher.

1 Comments:

Blogger AntoinedelaTremoille said...

Tomás tu escribes muy bien, quizás demasiado romántico para la época, algo de Lorca en tu mente quizás, o el genial pero maléfico Neruda?. Acabo de llegar de Santiago, tuve un matrimonio en la Iglesia de Santa Ana y luego la fiesta fue en el Club de la Unión, estuve a punto de llamar a Miguel Leighton Puga. Resulta que Don Tomás Leighton Donoso y la Inesita Puga eran muy amigos de mis padres, aunque mucho mayores, en tiempos de las Rocas de Santo Domingo. Mi abuelo era primo de Tomás (hijo de Felicitas Leighton), pero como era una persona muy inestable se había alejado de toda su familia. Mis padres en los albores de Santo Domingo se reencontraron con Don Tomás y la señora Inesita. Que me imagino que serán tus abuelos. Santo Domingo era un mundo chico en mi infancia, todos se conocían, tuvimos casa en Las Acacias 29 esquina Bellavista, a la subida desde Avenida del Golf hasta arriba como una hectárea de sitio original. Llegaba el verano y dejábamos Buenos Aires para marchar hacia el Chile materno, primero a Huepil el fundo de abuelo, lo que quedaba ya que se había arruinado aún antes de la UP. Pero igual las excursiones a la cordillera a caballo, cruzar al campo de los Cullen en Argentina, era toda una aventura, aprendimos a practicar fly-fishing, yo era el peor, mi hermano Enrique en cambio siempre lograba truchas y pejerreyes, bueno me lleva 10 años. Partíamos a las Rocas vía Santiago, Melipilla (donde vivía mi tio Arturo en el fundo de su mujer Correa) y llegabamos a las Rocas, para ir derecho al mar, o a la piscina si hacía mal tiempo, la que ya no existe más. Mis padres visitaban siempre primero al father John el sacerdote Americano que a cambio de las exquisiteces que preparaba "la Orchid" mother's nickname, o la cocinera húngara que traíamos de Buenos Aires, venían todos los años antes que llegaran Don Erich y la señora Orquidea a pintar la casa entera. Uno de ellos cuidaba junto con los caseros el jardín de rosas, como viente especies de mi madre. Carlos y Mimi Cariola, los Amenábar, los Izquierdo, Gloria Errázuriz P, las espléndidas Planella, misia Elenita Valdés Morandé de Larrain, Loto Varas y Tomás y señora eran visitas obligadas. Tengo cartas de tu abuela a mi madre, cumplió 90 este año, pero sigue con su golf y la natación, está estupenda y en octubre hará su "último" viaje a su patria allende la cordillera para estar con su amiga del alma su hermana adoptiva, con la cual recitaban de memoria a Lorca, Darío, Lord Byron, Pushkin en francés y los dos Alfred, de Vigny y de Musset, super románticos. La Carmen Alamos tiene la memoria ida pero su yerno Pepe Eyzaguirre me reconoció ahora que siempre habla con nostalgia de su amiga que partió con el argentino que ella le presentó en Viña allá por 1936, y hace 82 años que son amigas desde el colegio de las monjas del Sacre Coeur. Bueno Don Tomás no se que número, he volcado un poco en tu blog los recuerdos que un lejano pariente tuyo tiene de un Chile que ya no existe mas, que a pesar de haber sido un niño recuerda con respeto a la señora Inés que era super encantadora y de un corazón de puro oro. Mis saludos a los tuyos de parte de todos los hijos de Orquidea v. Deneken de Wetzler. Sigue adelante escribiendo que enriquece el alma y nos acerca aún mas a Dios y que nada te turbe, que nada te espante, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene, nada le falta sólo Dios basta, me lo enseño la Cecilia Cariola cuando tenía 6 años. Pronto voy a Paris a ver a mi fiancée y de alli vamos a Florencia donde permaneceré en Giuseppe Giusto en casa de Cecilia, donde ya me hecho la costumbre de quedarme cada tres años que voy a esa obra de arte que es la ciudad del Arno. Un abrazo grande desde Buenos Aires y de nuevo mis respetos a los tuyos.
Luis

1:59 PM  

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